Majestuoso bordas hilos de ceniza
Sobre pajonales y tejados
Despertaste de tu sueño centenario
Anunciando, pausado,
que tu corazón de fuego
está vivo en la entrañas de nuestro Ecuador.
Imponente,
amenazas con desangrarte sobre ríos y quebradas,
Haciéndonos insignificantes
ante tu poder brutal.
Rey de los colosos
Gran cuello de luna!
Vuelve pronto a tu misteriosa paz,
Cúbrete con tu gélido manto
Y déjanos verte
tranquilo en la inmensidad,
centinela eterno de los páramos andinos.
Edu C.